martes, 19 de abril de 2011

Después de 201 años, Chávez es el único en darse cuenta por Eloy Reverón

Aún prevalece la visión goda de la historia. Parece que fuera el presidente Chávez el único en darse cuenta de la diferencia entre la Independencia Historiográfica y la Independencia Integral. Olvidan la advertencia de Simón Rodríguez que los llamaba a la realidad cuando les decía que no hubo independencia, sino un armisticio. Cuando las teorías revolucionarias son consideradas para el análisis, se las aplica de manera mecánica, reduciendo la realidad histórica a visiones parciales o sesgadas de la misma.

La independencia historiográfica es el relato de los godos para justificar toda la violencia, el agotamiento y la miseria generada por la explosión social que caracterizó al siglo XIX venezolano y que terminó consolidando a la Oligarquía Conservadora en el poder. En su relato prevalece la exaltación de los hechos sobre la realidad histórica o la comprensión del proceso que los hicieron posible.

Los escuálidos de entonces inauguraron el culto oficial a Bolívar y a los héroes de la guerra para sepultar sus ideas liberadoras. Colocaron a la independencia (chucuta) y a la libertad (para explotar esclavos), como causalidad de esa historia, dejaron en segundo plano a la exclusión, la discriminación y la injusticia social, desconociéndolos como detonantes de la explosión social. Pero sobre todo, desconocieron el papel que jugaron las potencias emergentes en sus luchas por arrebatarle a España la hegemonía del dominio colonial.

A los comerciantes británicos les convenía nuestra independencia política y administrativa, no así la independencia económica o ideológica. El negocio estaba en nuestra dependencia económica y marítima para defender la autonomía política de la oligarquía comercial enriquecida con el negocio de los suministros para la guerra.

Tampoco hubo interés en cambiar la formación socioeconómica esclavista colonial o idear un sistema económico que permitiera la distribución equitativa de la riqueza y justicia social para prevenir nuevos brotes de violencia social.

Es necesario apreciar en el 19 de abril de 1810, el brote de la crisis sufrida por el rígido sistema colonialista español generado por el cambio económico que produjo su resquebrajamiento paulatino desde comienzos del siglo XVIII, cuando el incremento de la explotación de la mano esclava importada de África enriquecía a la clase terrateniente impulsando sus aspiraciones autonomistas, cuando la exportación de ocho mil fanegas de cacao de 1704, aumentó a más de un cuarto de millón de fanegas en menos de dos décadas.

El oro y la plata del botín originario ya distribuido en Europa, regresaba a Nuestra América en barcos cargados de esclavos y mercancías para el contrabando, para conformar una pequeña burguesía de comerciantes marginales en tierra firme y en los puertos insulares de El Caribe.

Si vemos el 19 de abril como la solución mantuana a la crisis de autoridad surgida por el avance de Napoleón hacia la península ibérica y su afán por adueñarse de Europa: los franceses que pretendieron adueñarse del mundo, no hubieran ni siquiera pretendido agredir a sus vecinos si no hubiera sido por el inmenso capital generado por la explosión de caña con la mano de obra esclava africana en Haití, y el trueque de esclavos africanos por licor.

Cuando se habla de los hechos del 19 de abril de 1810, se le desvincula de su realidad histórica. Año tras año, la difusión histórica que muestran nuestros medios de comunicación es muy pobre. Es poco lo que se le ha refutado al discurso godo preparado por la Oligarquía conservadora que se impuso después de la muerte de Simón Bolívar.

La realidad histórica que está presente desde el encubrimiento de América y del proceso de implantación de la sociedad colonial hasta el presente y que se olvida tan fácilmente, pese a que influye sobre todos los hechos históricos hasta el presente, es la presencia de dos fuerzas adversas. A la fuerza de dominación colonial se le opone una fuerza de resistencia. Cuando todos los vectores de la fuerza de resistencia superen a los de dominación, habremos alcanzado la Independencia Integral que propone nuestro presidente.