La Teoría de la Historia de la Revolución Bolivariana es un solo tiempo histórico que sale como una flecha desde el arco de Guaicaipuro pasando por encima del “descubrimiento” la “conquista”, la “independencia” y de la “oligarquía conservadora” para clavar la punta en la diana de la Independencia Integral.
Simón Rodríguez definió a la teoría como una verdad conocida, establecida en principio, sin dejar de advertir que la ignorancia presuntuosa desacredita las teorías. Reescribir la historia resultaría inútil si continuamos utilizando los mismos patrones concebidos por la modernidad. Y un pleonasmo porque cada generación deja testimonio de su presente en la forma como interpreta su pasado. La idea es colocar a disposición de la gente los elementos de análisis para que sepa cuál es la historia cuando le vengan con cuentos.
Conocer las cosas para reglar nuestra conducta con ellas según sus propiedades es la manera como describe el filósofo su oficio. Se mantuvo indoblegable hasta su lucha por romper el vector del dominio racional ejercido por el eurocentrismo al advertir que la América no debe imitar porque más cuenta nos tiene entender UN INDIO que a OVIDIO, nos advierte que para entender la lucha por la independencia y la esencia de la rebeldía debemos entender al indio, para entender que la historia de la revolución bolivariana comenzó con la resistencia del primer indio anónimo contra los cuatro vectores del dominio colonial que proyectaron la expansión cultural de aquellos reinos dispersos que gracias a las perlas y la plata llevada desde este lado del Atlántico lograron financiar los astilleros para contener a los Turcos en Lempanto y construir el mito de la Modernidad y de Europa.
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