jueves, 11 de diciembre de 2008

Historia para la Liberación Eloy Reverón


El aspecto esencial de una historia revolucionaria debe ser, entre otras cosas, su rumbo hacia una historia de liberación que consiste en el conocimiento de la manera como se produjo la dominación y la colonización de las mentes, la alienación de las consciencias para justificar la relación de dominio. Conociendo el origen y la dirección de los vectores de la fuerza de dominio, nos podemos dar cuenta de que la historia de la legión de súper héroes de la emancipación, resulta más adecuada para la política de la IV República que para tiempos revolucionarios. Resulta fatua una historia que exalta la figura de los héroes pero que en materia de mostrarnos la manera como la tal Independencia no fue más que una emancipación (la de las armas) frente al imperio español, pero que poco habla del contexto internacional y la intervención de las potencias, y lo poco que esas historias de héroes nos explican los pormenores de ese contexto, y el peso específico de estas situaciones en los resultados de la caída del imperio español para caer en la red del “generoso” imperio británico, y luego, un siglo más tarde, al estadounidense. La revisión del discurso conservador puede arrojar mucha luz sobre el presente, y permitirnos ver con mejor claridad, un proceso histórico que no ha cerrado.

miércoles, 30 de abril de 2008

¿Qué es la Histórica? por Eloy Reverón

Estableciendo como punto de partida la metafísica del sujeto hasta la liberación, en un diálogo que transciende la ontología, con sus reflexiones antropológicas latinoamericanas, abría brecha desde 1961, un personaje singular llamado a marcar un hito dentro del pensamiento filosófico latinoamericano que se dio el lujo de cortar el cordón umbilical con la modernidad occidental, identificada con un discurso de unidad diferenciadora de discursos y una paideia, que más allá de los simbolismos, confrontó sistemas científicos, históricos y filosóficos, en el campo de una nueva racionalidad alterna y crítica a la dialéctica de dominación.

Enrique Dussel lo hizo de la única manera que se podía hacer con éxito. La relectura de la Historia Universal que desnuda y desenmascara, con lo que él mismo ha llamado la histórica, vale decir, una lectura betaganmatizada de situaciones del pasado que permiten percibir, cómo después que los turcos cerraron el paso por Constantinopla, se comienzan a conformar los vectores de la fuerza de un poder para conquistar un mundo que ya se vislumbraba redondo e infinito, tan infinito como las ambiciones de una nueva clase social que germinaría en expansión como los granos del trigo desde Florencia.

Al caer el velo ideológico de la modernidad, esa cultura occidental terminó ubicada en nuestra realidad, en oriente. La historia universal que era realmente la historia de Europa, y ni siquiera concebida como centro del universo porque esa expresión metafísica del pensar moderno del ego cartesiano, del cogito ergo sun, encontró una piedra en el zapato de la voluntad de poder en Federico Nietzsche. Y porque no puede haber universalidad mientras no aparezca el reconocimiento del otro.

Atentamente Eloy Reverón erivem@gmail.com